Proverbios 22:6
“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.
Dios nos está hablando como padres sobre nuestra responsabilidad de cómo criar hijos sabios, y sobre todo, sinceros con Dios. Hijos nobles primeramente con Dios, y luego con nosotros como padres. El Señor, a través de Su Palabra, nos da el instrumento eficaz de cómo hacerlo. Y si todos nosotros como padres tomamos esta responsabilidad seriamente, sin duda alguna, estaremos criando hijos verdaderamente sanos e instruidos en el mejor camino.
Dios me ha dado un llamado muy especial en mi vida, [y cada día] me gozo en él grandemente. No cabe duda, que los niños son una bendición a nuestras vidas. Ellos son nobles y tiernos, pero lo que más me gusta de ellos es su sinceridad con Dios.
Cuando leo Mateo 18:1-5, yo me imagino ver a los apóstoles discutiendo entre ellos mismos acerca de quién de ellos sería primero, o quién sería el que estaría al lado al Señor Jesucristo. Pero como Dios lo sabe y Él es omnipresente, entonces Él conocía los pensamientos de cada uno de Sus discípulos. ¡Qué gran sorpresa tuvieron cuando el Señor Jesús llamó a un niño y lo puso como ejemplo! (Mateo 18:2, 3). En este pasaje, Dios nos da una estructura de cómo debemos ser nosotros si verdaderamente anhelamos entrar en el reino de los cielos. [La Palabra de Dios] nos exhorta a humillarnos delante de Dios.
Veamos Mateo 18:6: “Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que crean en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar”. Así que el Señor le mandará Su furor a cualquiera que lastime a un niño. Dios ama a los niños, y Él no es hombre para mentir ni hijo de hombre para arrepentirse. Dios es un Dios de amor, pero también es fuego consumidor y lo manda sobre los hijos de desobediencia.
Mateo 19:13
“Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron”. Este es otro ejemplo que nos da el Señor de entregarle nuestros niños a Él e imponer manos sobre ellos en el nombre de Jesús. Observe que aunque los discípulos eran seguidores de Jesús, ellos no querían que los niños se acercaran a Jesús; sin embargo, la historia continúa diciendo:
“Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis: porque de los tales es el reino de los cielos” (v. 14). El Señor Jesús exhortó a Sus discípulos y les ordenó que dejaran que los niños se acercaran a Él. Los niños son tesoros especiales en Sus manos: “Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se fue de allí” (v.15).
Los niños siguen siendo menospreciados por la sociedad, por algunos padres, y dolorosamente aun hasta dentro de nuestras iglesias locales. ¡Qué maravilloso sería que le pidamos a Dios que nos dé un poquito del corazón de Su hijo Jesucristo para que empecemos a valorizar a los niños! Nuestra responsabilidad también conlleva la constante oración por nuestros niños dentro de las escuelas y nuestros hogares. A través de la oración, podemos hacer grandes cosas por ellos. Nuestros niños solamente pueden estar seguros en las manos de Dios.
Felicito a todos los padres que toman tiempo para hacer sus altares dentro de sus hogares para que sus niños vean sus ejemplos y se sientan protegidos. Dios es bueno, y Él siempre estará ahí para escuchar sus oraciones y Su Espíritu Santo los guiará a toda verdad y a toda justicia. Cuando ore, le pido en el amor de Dios, que incluys a todos los niños del mundo. Dios le recompensará su clamor. Enséñeles a sus niños a mantener una relación con Dios a través de la oración. Enseñarles a orar debe ser una prioridad y usted se gozará grandemente.
Dentro de nuestra iglesia local tenemos dos niños que predican la Palabra de Dios. Cada vez que los escucho me lleno de gozo a ver como trazan la Palabra. Estos son niños de tan solo 7 años de edad. Ellos son nuestros dos bellos pastorcitos y oramos mucho por ellos para que Dios los siga usando para Su gloria.
Mareleny Jiménez
Corona, CA
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