Hace poco me encontraba navegando en la Internet y descubrí que las palabras “apto para los niños” están siendo utilizadas para describir una multitud de cosas. Hay publicidad, juegos de mesa, cruceros, perros, muebles, chistes, películas, esmalte de uñas, pintura, historias de horror, sitios web, vacaciones y más apta para los niños. La etiqueta apta para los niños implica que estos productos y servicios han sido diseñados con un niño en mente. Fueron creados para proteger, envolver, educar, entretener y/o servir a los niños.
¿Qué significa ser una iglesia apta para los niños? ¿Sirve una iglesia apta para los niños al proveerles los recursos necesarios de su cuidado y ministerio? ¿Busca una iglesia apta para los niños conocer y tratar con las necesidades de cada niño? ¿Provee una iglesia apta para los niños un ambiente para los niños —obreros aprobados y capacitados, un ambiente seguro con instalaciones limpias?
Sí, estas son indicaciones externas de una iglesia apta para niños. Sin embargo, estos y otros esfuerzos aptos para niños están basados en una serie de creencias fundamentales sobre los niños y las familias. Estas creencias guían visión, valores, toma de decisiones y programación. Estas creencias preparan los cimientos que permiten que la iglesia local acepte y cuide a los niños.
Las iglesias aptas para los niños aceptan a los niños. Jesús dijo, “El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí” (Marcos 9:37). Aceptar a los niños es más que solo saludarlos con sonrisas y llamarlos por nombre. Una iglesia que acepta a los niños los acepta sin importar la raza, su condición económica, habilidad mental o física o su historial familiar. Cada niño es conocido como es y por quién es.
Las iglesias aptas para los niños entienden el valor que los niños traen al reino de Dios y la iglesia local. Estas iglesias no aceptan el valor que la cultura, sociedad, política y la religión le da a los niños. Estas iglesias aceptan lo que Dios dice sobre los niños en Su Palabra. “En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? Y llamado Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: ‘De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos’” (Mateo 18:1-3). Debido a que entienden el valor que Dios ha puesto en los niños en Su Palabra, las iglesias aptas para los niños aceptan completamente la responsabilidad de evangelizar a los niños perdidos y capacitarlos niños para las buenas obras que Dios quiere que hagan. Una iglesia apta para los niños debe estar comprometida a elevar oraciones consistentemente enfocadas en los niños. Una iglesia apta para los niños debe asegurarse de que los niños estén envueltos en relaciones significantes con adultos de la congregación —relaciones que afirmen, enseñen, provean mentoría y modelen. Finalmente, una iglesia apta para los niños provee programación y ministerio que equipen a los niños para una vida de fe.
Las iglesias aptas para los niños envuelven a los niños. La iglesia provee programas y eventos que permiten que los niños edifiquen relaciones cercanas de por vida con otros niños y sus familias. Los niños son participantes en lugar de observadores en los ritos y sacramentos de la iglesia. Estos han sido programados de tal manera que los niños no solo imitan las acciones de los adultos. A través de la buena enseñanza, los niños participan y adquieren conocimiento mientras participan. Reconocemos, fortalecemos y utilizamos los dones y las habilidades de los niños. Más importantemente, los niños no sólo están equipados para cumplir con la misión de la iglesia, están en la misión ahora. Están haciendo la obra del ministerio —testificando, ofrendando, intercediendo, adorando —en sus hogares, escuelas, comunidades y en su iglesia.
¿Se podría etiquetar a una iglesia local como apta para los niños? ¿Cuáles creencias fundamentales tocante a los niños aceptan el liderazgo de la congregación? ¿Qué evidencia puede proveer que verifique que su iglesia acepta, valora y envuelve a los niños? Si usted respondió con un “no”, “ninguno”, “quizá” o “algunos” a algunas de las preguntas, lea los artículos en esta edición. Usted descubrirá maneras en las que su congregación puede desarrollar un valor bíblicamente correcto de los niños e implementar estrategias que harán que su iglesia sea un lugar donde los niños son bienvenidos, discipulados y envueltos en el ministerio.
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