Ser esposa de pastor añade estrés a la mujer. Esta condición, causada solamente por la ocupación de su marido es única a las esposas de pastores. Por ejemplo, la esposa de un médico cirujano no experimenta estrés por el trabajo de su esposo, ya que no se requiere que ella haga las mismas funciones que su esposo. Al igual, que no se espera que la esposa de un plomero sea una experta en plomería. Se dice que la esposa del pastor es la única mujer que se conoce por la ocupación de su esposo.
En este ensayo trataré con el problema del estrés de las esposas de pastores y como este estrés las lleva a la depresión. Además se tratará con los factores contribuyentes y se hará algunas recomendaciones para lidiar con la depresión en este tan importante segmento de la iglesia y el ministerio.
“El estrés es agotamiento físico general producido por un estado nervioso”.[1]
Pero deberíamos preguntarnos, ¿qué es lo que causa tanto estrés a una esposa de pastor? Primeramente, cuando un esposo es nombrado pastor de una congregación, no existe un panfleto o libro que sirva de guía para su esposa. De la noche a la mañana esta esposa ha sido llevada a una congregación que tiene grandes expectativas de ella. En muchas tradiciones, la esposa del pastor ya no se llama la hermana “Rivera”, ahora ella es la “Pastora”. Esta nueva designación causa mucha presión y nerviosismo. En el caso de las esposas de pastores, el estrés puede ser el resultado del desequilibrio existente entre los recursos que la persona posee y la capacidad de dicha persona para responder a las exigencias que se le imponen.[2]
Muchas esposas de pastores se sienten incapaces y sufren por las exigencias poco realistas que hacen sus congregaciones. Por ejemplo, en los Estados Unidos se espera que la esposa del pastor toque el piano y desempeñe un sinnúmero de roles en la iglesia. A muchas de ellas les cuesta encontrar su lugar dentro de una iglesia que espera de ella versatilidad en todas las disciplina que su esposo domina. Es como si la iglesia recibiera dos empleados por el precio de uno.
Una encuesta realizada por H.B. London en la cual se reporta los riesgos que enfrentan las familias pastorales reveló lo siguiente:
- 58% de los pastores afirman que su esposa trabaja por horas o a tiempo completo fuera del hogar porque la familia necesita esos ingresos
- 56% de las esposas de pastor dice que no tiene amigas íntimas
- 21% de las esposas de pastor quiere menos intromisiones en sus vidas privadas
- 60% de las esposas de pastor quiere tener más preparación para poder servir mejor
- 45% de las esposas de pastor dice que el peligro mayor para ellas y para su familia es el agotamiento físico, emocional y espiritual
- 38% de las esposas de pastor dice que la mayor frustración en el ministerio es el manejo del tiempo
- 53% de las esposas de pastor dice que tienen dificultades con la educación de sus hijos[3]
Las estadísticas indican que la tasa de divorcio en el ministerio no es diferente a la del público en general. Siendo así, la mitad de las esposas de pastores terminarán divorciadas. Para añadir a sus preocupaciones y sentimiento de culpa, los pastores que abandonan el ministerio dicen que la razón número uno por la cual salieron del ministerio fue por causa de su esposa.[4]
Según reportan ellas mimas, los factores contribuyentes al estrés de las esposas de pastores resultan de: altas expectativas, sentimientos de culpabilidad, identidad falsa, falta de amigas, soledad, agotamiento y el manejo de tiempo.
Altas expectativas: La mayoría de las congregaciones ya ha decidido de antemano qué rol debe de jugar la esposa del pastor. Muchas de estas expectativas están basadas en tradiciones antiguas que no tendrían aplicación en la vida moderna. Algunas iglesias esperan que la esposa del pastor cumpla los siguientes requisitos: ser la directora de damas; poseer un vasto de conocimiento de la Biblia; abrir las puertas de su casa las 24 horas del día para todos en la congregación; estar accesible todo el tiempo; presentarse bien vestida y no trabajar fuera del hogar, ya que esto le convertiría en una madre y/o esposa mediocre.
Sentimientos de culpabilidad. Debido a que ella siente tanta presión de la congregación, a veces de su esposo y la sociedad, algunas esposas de pastor desarrollan una falsa identidad. Esta falsa identidad le resulta en sentimientos de culpabilidad ya que ella no puede ser su propia persona, sino la persona creada por las expectativas de otros. Mientras la esposa de pastor siga tratando de ser la persona que otros esperan, mas fuertes serán estos sentimientos de culpabilidad.
Falsa identidad: Muchas esposas de pastores entran en el ministerio y de repente toman roles para los cuales no están dotadas por Dios. Ellas están operando fuera de su llamado. Aparte de eso, muchas no saben separar su identidad de la de su esposo. Como resultado, algunas de estas mujeres experimentan una crisis de identidad. Se ha dicho que la mujer que se casa con un pastor no se ha casado con una institución, una profesión ni con una iglesia en particular, sino que se ha unido a un hombre que desarrolla un ministerio.
Falta de amigas: Como aluden las estadísticas antes mencionadas, el cincuenta y seis porciento de las esposas de pastores dice no tener amigas íntimas. Muchas veces las amistades dentro de la congregaciones pueden causar problemas. Debido a su posición, ella no puede divulgar sus secretos o confiar sus problemas con hermanas de su congregación. Esto causa que las esposas de pastores estén entre las personas mas solitarias en la congregación.
Soledad: La soledad es otro factor contribuyente al estrés. Las altas expectativas impuestas por algunas congregaciones llevan a las esposas de pastores a aislarse de las demás personas. Además, muchas de ellas compiten con sus congregaciones por la atención de sus esposos. De acuerdo a una encuesta realizada por Global Pastors Wives Network, 80% de las esposas de pastores se sienten que son ignoradas y poco apreciadas por los miembros de sus congregaciones.[5]
Agotamiento: La esposa del pastor juega muchos papeles. Aparte de todas las responsabilidades que ella desempeña en la iglesia, en el hogar también es esposa, madre, ama de casa, consejera, enfermera, etc. Esto se complica aun mas cuando ella tiene un empleo fuera del hogar. Todo esto causa mucho agotamiento.
Manejo de tiempo: Son tantas las responsabilidades de ellas, que pierden control del manejo del tiempo. Hay que balancear todas las demandas de la congregación con las responsabilidades del hogar, su familia y su esposo. Esto también contribuye a su sentido de culpa, ya que ellas sienten que no pueden cumplir o dedicar el tiempo adecuado a cada uno de estos roles.
En la gran mayoría de los casos, las esposas de pastores comienzan llenas de ilusión pensando que pueden hacer la diferencia en sus respectivas iglesias. Inevitablemente, la realidad golpea. Comienzan los conflictos, algunos lideres se desilusionan y se van, la economía se complica, las batallas emocionales aumentan, la esposa del pastor experimenta rechazo y llega la desilusión. El estrés deja sus huellas, y a veces lo que comenzó con presiones indebidas, falsas expectativas o simplemente tratar de agradar a todos en la congregación lleva a muchas esposas de pastores a la depresión. Podemos decir entonces que estos “eventos desafiantes que producen estrés pueden ser combinados al desarrollo de una personalidad inadecuada, en cuanto a su estructura, funcionamiento y defensa para producir cierta incapacidad en el manejo de las pruebas de la vida con su consecuente depresión.”[6]
Este estrés se va acumulando y al no encontrar ayuda adecuada a tiempo para manejarlo muchas veces resulta en depresión. “Ochenta y ocho porciento de las esposas de pastores admiten haber tenido periodos de depresión desde que han entrado al ministerio.”[7] Estos números son alarmantes debido a que incluye solamente aquellos casos reportados y diagnosticados.
De acuerdo al Dr. Polischuk,
“La depresión es un problema complejo que representa una variedad de manifestaciones o síntomas, desde una tristeza leve hasta la angustia profunda. Es factible que toda persona humana se deprime de vez en cuando, y en la mayoría de los casos tal estado es de breve duración y su intensidad no es muy profunda, lo que permite que la persona vuelva a su estado considerado normal. Cuando la depresión alcanza niveles más profundos y representa aspectos clínicos mas severos, la persona necesita una atención mas esmerada y apropiada. La persona deprimida puede verse tan desposeída, incompetente o ineficaz que a menudo recurre a pensamientos suicidas como escape de sus problemas. Pareciera ser que la persona no tiene la capacidad de gozar placeres en la vida ni tiene paz; sus pensamientos son negativos y sus atribuciones ala realidad experimentan distorsiones; su razonamiento se encierra en manera idiosincráticas, solipsistas y auto castigadoras. Es como si la persona cavase una fosa para enterrase a si mismo, aislarle del mundo y luego quejarse de su soledad.”[8]
Algunos cristianos que no entienden verdaderamente el problema de la depresión debido a su falta de conocimiento tienden a culpar a las personas que sufren de depresión de falta de fe, de pecados ocultos o simplemente de una vida espiritual carente. Otras veces se dirá que la persona depresiva está poseída de demonios. Estos prejuicios o tabúes dentro de la iglesia son responsables de que muchas esposas de pastores no busquen ayuda. Esto es muy lamentable, ya que cuando “la depresión alcanza a niveles mas profundos y se estima que tal problema representa aspectos clínicos mas severos se necesita una atención mas esmerada y apropiada”.[9]
Generalmente, las instituciones ofrecen ayuda profesional a los trabajadores que son afectados directamente por sus labores profesionales. Al ser referidos a profesionales reciben la ayuda necesaria para lidiar con situaciones que amenazan su salud, ya sea física o emocional. Sin embargo, en la iglesia nos encontramos con el siguiente dilema: ¿de quien es la responsabilidad de la salud emocional de la esposa del pastor? ¿Quien vigila por ella?
Es de suma importancia entender que existen tratamientos para combatir la depresión y que cada vez se cuenta con más recursos al alcance de los líderes cristianos para ayudarlos a enfrentar las situaciones emocionalmente difíciles. El primer paso en el proceso de sanación consiste en pedir ayuda. Muchas veces se encuentra consejería cristiana profesional. Cuando no lo está, se puede contar con una persona de confianza o un mentor.
Debido a que el problema de la depresión es complejo, se hace necesario diagnosticar que tipo de depresión sufre la persona. El Dr. Polischuk señala tres posibles causas de depresión: causas físicas, causas psicológicas y causas espirituales.
En caso de diagnosticarse que las causas de la depresión son físicas: genética, biológica, bioquímica, se debe proceder a buscar ayuda profesional lo antes posible. Los mismo podría decirse de casos complejos de la depresión por causas psicológicas: cognitiva, emocionales, conductiva, sociales o existenciales. Mucho de lo tratado en este ensayo podría caer dentro de esta categoría.
En caso de que la depresión sea por causas espirituales: Falta de fe o esperanza, teología, perfeccionismo, auto-castigo, sentido de opresión, etc., se deberán usar los recursos espirituales en el aconsejamiento dependiendo siempre primordialmente del uso perspicaz de la palabra y la indispensable ayuda del Espíritu Santo.
Debido a que estamos tratando únicamente con la depresión que resulta del estrés a que son sometidas las esposas de pastores y que conocemos los factores contribuyentes, cualquier tratamiento deberá incluir disciplinas espirituales como la lectura de la Palabra de Dios, la oración, la comunión o koinonía y un tiempo de reflexión a solas con Dios.
La Palabra: La palabra de Dios se debe leer no como un relato histórico o una obra literaria, sino como una fuente de vida para un ser que desfallece, como en efecto se siente una persona depresiva. El valiente pastor de Alemania, Martin Niemoller expresó lo que la Biblia había significado para él en el tiempo de su prisión bajo el yugo de Adolfo Hitler, “La palabra de Dios fue simplemente todo para mi: consuelo y fuerza, guía y esperanza, dueña de mis días y compañera de mis noches, el pan que evitaba que muriese de hambre y el agua de vida que refrescaba mi alma”.[10]
La oración: La oración tiene un incalculable valor terapéutico ya que no solo hablamos con Dios, sino que El habla con nosotros. La oración es la llave que abre los recursos del cielo para que podamos resolver nuestros problemas en la tierra. En el tiempo de la oración podemos ser transparentes con Dios, desahogarnos y confesar aun nuestras faltas y pecados. En el proceso encontramos oportuno socorro en nuestro Padre que nos ama incondicionalmente.
Comunión o koinonía: En las mejores palabras de Sullivan, psiquiatra que estudió los aspectos sociales e interpersonales “la gente lo enferma a uno, y hace falta gente para sanarse”.[11] Como resultado de los problemas que afectan a las esposas de pastores, su tendencia natural es hacia el aislamiento y la soledad. Se debe hacer un esfuerzo por enfatizar sobre el valor terapéutico de la koinonia para la persona depresiva. El Nuevo Testamento nos presenta la iglesia como una comunidad terapéutica en la cual los cristianos pueden alentarse (1 Tes. 4:18), exhortarse (Col. 3:16) y llevar las cargas los unos de los otros (Gal. 6:2). [12]
Tiempo con Dios: El tiempo a solas con Dios es uno que sirve para reflexionar, meditar y renovar su relación con Dios. Es un tiempo de calidad donde el individuo puede hallar respuestas a preguntas latentes.
Conclusiones y recomendaciones:
El Pastor debe unirse amorosamente a su esposa en busca de esta ayuda. El problema aunque sea de ella, debe ser enfrentado juntamente. De esta manera, este apoyo emocional le brindará a ella la valentía para solucionar su problema.
Plan para educar a la iglesia: El pastor debe educar a su iglesia en cuanto al trato de su esposa. Si el pastor le da el lugar merecido a su esposa, la respeta y la apoya tanto emocional como espiritualmente, los hermanos de la congregación aprenderán a hacer lo mismo.
Las congregaciones deben establecer un equipo de cuidado pastoral para la esposa de pastor. Estas personas deben ser hermanas o parejas maduras de alta confianza que puedan mantener la esposa del pastor en oración constante y brindar apoyo. También deben de prevenir que la esposa del pastor tome demasiados compromisos en la iglesia, comprometiéndose mas allá de su capacidad o aceptando ministrar en áreas que están fuera de su llamado.
Mentor/Amiga intima: Una esposa de pastor debe buscar una mentora o amiga en otra esposa de pastor o en otra esposa de ministro que sea un poco mayor que ella y que tenga mucha experiencia dentro del ministerio. Esta mentora o amiga le ayudará a través de consejos, oración y apoyo emocional para que la esposa del pastor pueda lidiar con los desafíos de su congregación. Esta mentora o amiga debe ser alguien de confianza y madurez espiritual.
Retiros para esposas de Pastores: se recomienda que la esposa del pastor asista una vez al año a un retiro preparado y diseñado para ella. Allí ella conocerá a otras mujeres que están enfrentando las mismas luchas que ella. Las conferencias y los oradores invitados ministraran de acuerdo a las necesidades que las esposas de pastores enfrentan. Esta es una buena oportunidad para conocer y hacer amigas.
El internet es otro recurso que puede beneficiar mucho a las esposas de pastores. Hoy en día existen “blogs” para esposas de pastores donde ellas pueden compartir sus ideas o retos con otras esposas de pastores. También hay líneas de emergencia de algunos ministerios especializados que pueden ofrecer ayuda muy calificada y consejo adecuado en tiempos de crisis de una manera confidencial. Uno de estos ministerios que ha sobresalido en esta área ha sido Enfoque a la Familia.
[1] Diccionario Pequeño Larousse Ilustrado, Ed. 1990, ver “stress”
[2] Antonio Cano, “La naturaleza del estrés”, en Sociedad española para el estudio de la ansiedad y el estrés, http://pendientedemigracion.ucm.es/info/seas/estres_lab/el_estres.htm (26 febrero 2013).
[3] H.B. London, hijo & Neil B. Weisman, Pastores En Alto Riesgo, (Miami, FL: Editorial Unilit, 2005), 126.
[4] Lisa Takeuchi Cullen, “Pastors’ wives come together,” en TIME, http://www.time.com/time/printout/0,8816,1604902.html
(26 febrero 2013).
[5] Craig Smith, “Wives of pastors often struggle with loneliness” en TRIBLIVE, http://triblive.com/x/pittsburgh/news/s_641857.html (26 febrero 2013).
[6] Pablo Polischuk, El Consejo Integral, su Ontología, Teología, Psicología y Praxis, (Barcelona, España: Editorial CLIE, 2012), 582.
[7] http://fromtheheartofapastorswife.wordpress.com/2012/03/04/depression-and-the-pastors-wife/ (26 febrero 2013).
[8] Pablo Polischuk, El Consejo Integral, su Ontología, Teología, Psicología y Praxis, 573-574.
[9] Pablo Polischuk, La Depresión y Su Tratamiento, (Barcelona, España: Editorial CLIE, 1992), 13.
[10] Ajith Fernando, Un Llamado: Gozo y Sufrimiento, (Carol Streams, IL: Tyndale, 2009) 44.
[11] Pablo Polischuk, El Consejo Terapéutico: Manual Para Pastores y Consejeros, (Barcelona, España: CLIE, 1994), 213.
[12] A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas son Reina Valera del 1960.
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