Los jóvenes no crecen y se desarrollan en el aislamiento. Ellos necesitan saber a quién pertenecen, de dónde vinieron y por qué están aquí. Padres, abuelos y adultos mayores amorosos están en la mejor posición para responder estas preguntas a los niños. Y al hacer esto, los ancianos de la comunidad imparten conocimiento y sabiduría a los jóvenes. Compartir esta información es una manera de cuidar y proteger a nuestros niños, puesto que los capacita para entender el pasado, tomar decisiones sabias en el presente, y cultivar una visión para el futuro.
Hay varias razones bíblicas por la cual la iglesia, hasta la nación, no puede avanzar, al menos que nos conectemos con nuestros niños y jóvenes tocante a su identidad, potencial y visión (a través de relaciones dentro de la comunidad de creyentes):
- Era un método pedagógico diseñado por Dios. La responsabilidad de los ancianos y padres es enseñarle a los niños el camino de Dios. Deuteronomio 6:7 dice, “Y las (las leyes de Dios) repetirás a tus hijos”.
- Es la única manera de asegurar que el conocimiento que conduce a una larga vida, y paz y prosperidad en una nación, se transmita a cada generación. “Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para tomarla; para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados” (Deuteronomio 6:1, 2).
- Dios utiliza a los niños y a los jóvenes en Su plan redentor. En toda la Biblia vemos a Dios utilizando a los niños.
José, un niño esclavo que se convirtió en gobernador
Génesis (41:41-46);
Samuel, un niño consagrado al templo que se convirtió en el profeta de Dios
(1 Samuel 3:10-21);
David, el niño pastor que se convirtió en rey
(1 Samuel 16);
Ester, la reina adolescente que puso en juego su posición de comodidad para salvar a su pueblo;
Josías, el niño rey que restauró el pacto de su nación con Dios y dio inicio a un avivamiento en su nación
(1 Reyes 13-23);
Timoteo, el joven pastor
(1 Timoteo 1:18)
Dios continúa utilizando a los niños hoy día en sus escuelas, hogares, comunidades y naciones para testificar de Su salvación y cumplir Sus propósitos.
Muchos niños en naciones bajo desarrollo están en un momento en que se sienten perdidos; necesitan que alguien les dé dirección en su vida y un sentir de propósito. Por lo tanto, conectar a las generaciones, es darles a nuestros niños un marco en el cual crecer. Cuando conectamos a las generaciones, hacemos nuestro futuro seguro:
- Le damos raíces a nuestros niños y un sentir de pertenencia.
- Ayudamos a nuestros niños a establecer su identidad familiar, espiritual y cultural.
- Le transferimos a nuestros niños los valores que formarán sus vidas y nuestro futuro.
- Ayudamos a los niños a descubrir su potencial y propósito.
- Le damos a nuestros jóvenes una visión de sus vidas; y,
- Establecemos una generación de baluarte en el presente para contraatacar las maquinaciones del enemigo en el futuro.
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