La oración puede ser algo intimidante para los adolescentes. A menudo se preocupan por qué decir, cuánto debe durar su oración, cómo se escucharán, etc. Y para muchos, la oración quizá pueda ser algo incómodo al principio porque se siente como una conversación unilateral. Otro desafío es hacer que la rutina funcione. ¿Cómo podemos fomentar un hambre en los adolescentes por orar sin cesar? Desarrollar una rutina de oración debe comenzar con pasos pequeños que no tienen que ser igual para los demás. Algunos adolescentes son más expresivos, mientras que otros son más reflexivos. La meta es hacer que los adolescentes hablen regularmente con Dios sobre sus sueños, temores, amigos, familias, su deseo por ayudar al mundo, y fomentar en ellos una dependencia y expectativa en que Él responderá sus oraciones.
¿Por qué no comenzar una oración nueva cada mes con su grupo de jóvenes? Aparte algunos minutos durante la semana para practicar y comenzar la oración. Ayúdelos a guardar un récord de lo que están haciendo al proveer una libreta a cada uno, para que puedan escribir sus reflexiones en cuanto a cada actividad. Si usted es un padre, intente un nuevo método para comenzar la oración durante la devoción familiar. Cuando encuentre algunos que funcionan para sus adolescentes, prepare un horario semanal.
Fije una hora. Algunos adolescentes disfrutan de la rutina. Fijar una hora específica para cada día donde podrán estar a solas sin ninguna interrupción, quizá sea lo único necesario para establecer alguna rutina.
Configure un temporizador. Comience orando en pequeños incrementos…un minuto el primer día, dos minutos el próximo, cinco minutos el próximo, etc. A medida que los jóvenes se ponen más y más cómodos con la oración, el tiempo no será un factor. Cuando esté dirigiendo una oración en un grupo grande, acate el horario. A medida que los jóvenes entran en oración, quizá se den cuenta que no quieren terminar, y querrán continuar orando. Otros estarán muy contentos, porque ya no tenían más que decir. Ambas situaciones ayudan a los jóvenes a aprender los detalles de la oración.
Ore utilizando las Escrituras. Algunos jóvenes quizá necesiten ayuda cuando estén orando. La Biblia contiene muchas oraciones, especialmente en el libro de los Salmos. Motívelos a elegir un versículo de los Salmos para comenzar su conversación con Dios. Esta estrategia se puede utilizar en la oración incremental mencionada anteriormente (configure un temporizador). Cuando esté orando en su grupo de jóvenes, elija un corto Salmo para que puedan orar con cada versículo, añadiendo sus propias expresiones por un minuto, después dos minutos, y luego tres minutos, y así sucesivamente.
Lea la Palabra. Un plan diario de lectura bíblica es una buena manera para iniciar una rutina de oración. La aplicación gratuita The Bible (youversion.com) provee diferentes planes que incluso envían un recordatorio diario. Motive a los jóvenes a responder en oración a lo que han leído en la Palabra cada día.
Adoración, Confesión, Acción de gracias, Súplica. Este es un modelo muy conocido de oración que todos podemos utilizar. La cantidad de tiempo invertido en cada sección varía y es más efectivo en este orden. Comience adorando y alabando a Dios por quién Él es. Confiese cualquier pecado revelado por Su santa presencia. Dé gracias por Su amor y misericordia, beneficios y dones. Ore por necesidades específicas.
Utilice un devocional interactivo (libro o aplicación). A veces la mejor manera de comenzar, y acostumbrarse a la oración es haciéndola parte de la actividad en general. He notado que esto funciona mejor con niños pequeños y adolescentes. Compile una biblioteca de libros devocionarios para adolescentes que los jóvenes puedan tomar prestado y devolver, o enséñeles alguna dramatización en Youtube y luego diríjalos por un proceso contemplativo que requiere de respuestas orales y escritas. Permita que progresen a su propio paso para que puedan acostumbrarse a hacerlo solos.
Escuche música. Los adolescentes disfrutan escuchar música, pero la música adecuada los puede llevar a la reflexión y oración profunda. Leer la letra también puede ser algo efectivo. Presénteles música de introducción que sea de confesión, bíblicamente inspirada, y dirija la mente y el corazón para adorar a Dios. Enséñeles a permitir que las palabras penetren su alma. Provea ejemplos de artistas y canciones cristianas con una buena teología. Los adolescentes pueden crear una lista de reproducción de música en iTunes o Pandora para utilizar durante su tiempo programado de oración.
Comience una guía de oración. Algunos adolescentes estarían más cómodos escribiendo sus oraciones. Motívelos a leerle sus oraciones a Dios después de que las hayan escrito.
Meditar. El aislamiento es una de las disciplinas espirituales. Sentarse calladamente y esperar a que Dios responda borra el sentimiento de que uno está en una relación unilateral. Inspire a los adolescentes a tener tiempo a solas para escuchar a Dios hablar. Ayúdelos a discernir la voz de Dios.
Salga a caminar. A veces un cambio de ambiente esclarece la mente y libera el espíritu para adorar a Dios. Una caminata para disfrutar de la naturaleza puede ayudar a que nuestra mente se enfoque. Caminar por el vecindario puede iluminar el corazón. Motive a los adolescentes a intentar diferentes posiciones durante la oración —caminar, arrodillados, sentados, parados, acostados, etc. hasta que encuentren una posición que les permita comunicarse con Dios más libremente.
Únase a un grupo de oración. Los grupos de oración pueden estar en la escuela, la iglesia o solo ser un grupo de amigos que se reúnen regularmente. La actividad principal debe ser la oración.
Revise los periódicos. Pasar algunos minutos viendo las noticias o leyendo un periódico puede encender en un adolescente el entendimiento de que necesita de Dios, pero también el mundo necesita de Dios. Motívelos a pensar en su escuela y comunidad, y orar por esas necesidades también.
Visite la página de Facebook de amigos. Quizá pueden encontrar ellos consuelo en las publicaciones de sus amigos, o puedan encontrar a otros en necesidad. Deben orar como Dios los dirija.
Lea sobre la oración. Estudiar sobre la oración y leer sobre cómo otros han superado obstáculos en cuanto a la consistencia en la oración quizá sea toda la inspiración que uno necesita. Nuevamente, los líderes pueden facilitar la interacción de los adolescentes al recomendar un libro al mes, armar una biblioteca o enviar pequeñas historias o videoclips sobre la oración regularmente. Ore para que cada joven encuentre un ritmo que funcione.
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